El pasado domingo 01 de abril finalizó en Perú la 15° edición del Taller Social Latinoamericano (TSL), un workshop anual que reúne a estudiantes y arquitectos de todo el continente americano para analizar, reflexionar, diseñar y construir equipamiento público durante diez días en los más diversos contextos de Latinoamérica.
Conocido como XV TSL Puno, esta edición se realizó en Chucuito, un pueblo peruano a más de 3.800 metros de altitud a orillas del Lago Titicaca y cercano a la ciudad de Puno, la capital folklórica de Perú. En sus tierras 250 estudiantes divididos en tres equipos trabajaron en proyectos de landscape, espacio público y restauración patrimonial, a cargo de ENSUSITIO + Jhony Chávez, Ruta 4 y Lucio Torres, respectivamente.
Tras las jornadas de trabajo, entre hojas de coca y trucha frita surgía constantemente una pregunta mientras conversábamos con los talleristas: ¿cómo puede la arquitectura social ir más allá de la fotografía de niños dibujando y adultos conversando en una asamblea?. A continuación les presentamos las reflexiones de cuatro oficinas latinoamericanas que han participado del TSL entre 2017 y 2018.
TÁCTICO Taller de Arquitectura (TSL Canoa 2017)
Juan Pablo Astudillo + Gabriela Pozo + Cristina Lucero + José Omar Guncay
Partiremos por oponernos a la etiqueta de arquitectura social: toda arquitectura es social, nace de la gente para la gente, toda arquitectura se hace para ser habitada y humanizada. Eso sí, ahora el mundo retoma al ser humano como centro del pensamiento, pero con un ingrediente adicional: el hombre y la naturaleza juntos, en cuanto a derechos y cuidados.
Los procesos sociales en los que ahora trabaja la arquitectura son los que debemos considerar para validar una nueva forma de hacer. Nos oponemos rotundamente a la narrativa del buen samaritano, hemos dejado de contar arquitectura, ahora contamos historias, porque la arquitectura ha sido dejada de lado por una mal usada participación, por un niño en una fotografía con una arquitectura pobre de criterios y calidad a ser juzgada y analizada por las emociones de un público cada vez más atraído por el morbo que la pobreza provoca en las redes sociales.
La arquitectura ha cambiado de actores —un espectáculo otra vez— pero en lugar de la suntuosidad sin límites de los edificios inalcanzables de los starchitects ahora tenemos la pobreza dignificada por algunos colectivos.
Somos arquitectos y hacemos arquitectura. Esa es nuestra herramienta para motivar procesos —sean estos participativos o no— porque en todos los casos el objetivo debe ser claro, sistematizando procesos, evaluando sistemas constructivos, intercambiando conocimientos y empoderando comunidades, pero sin perder de vista los fundamentos de la arquitectura.
Sí hay cómo hacer muy buena arquitectura con poco, esa es nuestra realidad y nuestra meta. Sin perder de vista el oficio, el saber hacer y transmitir, el conocimiento de los materiales y de los procesos, los sistemas constructivos y sobre todo, tener muy claro el grupo humano y su preparación o sus saberes y habilidades para un trabajo responsable. La arquitectura con bajos recursos nos impone un reto: hacer mucho con poco pero no parecer poco.
ENSUSITIO Arquitectura (TSL Puno 2018)
Kike Villacís + Cynthia Ayarza + Lorena Rodríguez
Nos es poco o nada preocupante que la arquitectura sea o no una anécdota, a la final la vida está compuesta de pasado, historias y se construye de anécdotas. El problema viene cuando ese es el fin y el problema arremete cuando ese fin es irresponsable, cuando la necesidad de presencia mediática quiere capitalizar en la anécdota como medio de justificación o popularidad. Esto como un fin es desastroso no sólo para la arquitectura sino para la vida, porque se deja de vivir para empezar a ser por la afirmación de el otro.
Por otro lado no sentimos que sea un tema concerniente a la arquitectura social, ni de la arquitectura, sino del mundo contemporáneo. La verdad, el cómo se enfoquen las situaciones es lo relevante, es preferible una anécdota con sentido que no haya generado falsas expectativas y que posea un potente mensaje, a un entusiasmo que deja un pueblo lleno de basura innecesaria y promesas incumplidas después de una supuesta intervención heroica de arquitectura social.
Todo depende del enfoque y la responsabilidad: si una anécdota cuestiona a usuarios, estudiantes, docentes, bienvenida sea. Así posiblemente tenga más impacto que un diseño espectacular mediático absolutamente innecesario, como suele suceder con mucha de la "arquitectura social" que busca notoriedad y popularidad por medio de la anécdota.
Entonces enfocarnos en invertir energía en evitar hacer de la arquitectura una anécdota es innecesario, porque puede ser igual de banal que la discusión sobre qué arquitectura es social y cuál no. Obviamente es social, porque trabaja con humanos y obviamente produce anécdotas porque es un proceso humano. Es mejor esforzarnos en hacer de la arquitectura un hecho mesurado, pensado, enfocado, necesario, representativo y que de esa reflexión emerja lo que deba emerger: un acto, un escrito, un pensamiento, una edificación, un proceso, una enseñanza, una anécdota.
Natura Futura Arquitectura (TSL Canoa 2017)José Fernando Gómez + Fausto Quiroz
Es necesario precisar desde el diagnóstico las necesidades de un diseño que tenga cierto grado de firmeza y durabilidad para que la inversión de esfuerzos no se pierda en poco tiempo. La celeridad de los procesos puede ser la excusa perfecta para justificar descuidos que permitan a la obra colapsar rápidamente —a menos que se haya planteado algo efímero—. Lo mismo aplica para el tema de los recursos limitados.
Generar orden y proporción, racionalizar el uso de materiales, reducir los costos de la obra. Es muy necesario hacer un seguimiento que permita medir si hubo una solución a las necesidades planteadas, revisar que el ordenamiento generado construya a su vez un nivel estético aceptable. Y existe un después, ver qué resultados arrojó en el tiempo, si se sigue utilizando, si se logró una apropiación del espacio. Observar si sigue comunicando y transmitiendo todo lo que originalmente se planteó. El TSL debe generar la posibilidad de replicar el proceso a través de sus estudiantes, la comunidad y los profesionales, creando redes de participación y que no quede solamente como una aventura formidable, algo que ya fue.
¿De qué manera la intervención como tal homenajea al pasado, no solo recordando nostálgicamente a partir del respeto al contexto y su materialidad, sino a partir de ahí, cómo logra poner en crisis ese mismo pasado para poder ver el futuro con otros planteamientos? Es muy necesario responder(se) a tiempo para poder establecer el grado de eficacia en la transmisión de las ideas que dan origen a este taller. Aún en su fracaso algunas intervenciones deben ser una lección valiosa sobre cómo replantearse los diferentes procesos.
Ruta 4 Arquitectura (TSL Canoa 2017 + TSL Puno 2018)
Juliana López + Daniel Buitrago + Julián Vásquez + Jorge Noreña
La arquitectura jamás ha existido alejada del lugar, alejada de las memorias de la piel, ni de las pieles de la memoria. La textura, el aroma y el color están vinculadas con el relato y como arquitectos somos relatores de historias que se imprimen en ocasiones con sangre el territorio. El hombre es tan susceptible a la arquitectura como la arquitectura al hombre, cada que modificamos el espacio inherentemente nos transformamos como seres y comunidad. Sin embargo, existen dos tipos de historias: las propias y las ilegítimas. Aquellas que contamos por alguien o las que simplemente contamos por nosotros, como testimonio de un genio creativo y omnipotente capaz de vislumbrar soluciones con echar un vistazo.
La arquitectura puede ser bella en ruina o en vida, siendo un símbolo en contraste o camuflada y discreta; es en ocasiones eterna como una roca o fugaz como una noche, puede ser cualquier cosa pero no debe ser nada, y sobre todo debe ser verdad y coherencia. Los proyectos tienen sus temporalidades condicionadas por los territorios —se crean, se modifican y eventualmente desaparecen— y allí radica lo hermoso del hacer, en la capacidad que tiene de ser y existir, aunque fuese por una noche pero sin ser impuesta, siendo real y honesta desde que se piensa hasta que se cuenta.
La arquitectura es un oficio de espacio y tiempo e inevitablemente la correspondencia con el espacio va a ser proporcional con el tiempo que usamos en su comprensión. Sin contacto, diálogo, piel, textura, sonidos o historias estaremos respondiendo nuestras preguntas en la pieles de otros, colonizando con nuestro quehacer extraordinario territorios que quizás estaban mejor sin nosotros.